viernes, 4 de septiembre de 2009

geometrías del orden


El arquitecto, en su voluntad de resolver el conflicto entre funcionalidad y arte, opta por simetría y equidistancia como solución. Por funcionalidad, "(...) conveniencia y economía son los medios que debe emplear naturalmente la arquitectura y las fuentes de las que debe extraer sus principios (...) un edificio será tanto menos costoso cuanto más simétrico, más regular y más simple sea (...)" (J. N. Louis Durand, Precis des leçons d'Architecture). Por arte, la equidistancia entre los elementos (ventanas, columnas, arcos, árboles, etc.) facilita el encuentro de esa armonía (equilibrio en las proporciones) tan pregonada por el canon de belleza más estrictamente clásico.

Pero ¿y nosotros? ¡Ah! nosotros, la geometría del orden espontáneo. Mantener esas distancias de forma equilibrada para preservar nuestro espacio vital seguro, prudentemente alejado, y hacer de nuestra mirada la avanzadilla furtiva que explora otros mundos. Pretendemos ser equidistantes disfrazando de ecuanimidad nuestros miedos y vergüenzas, nuestra timidez enmascara nuestro deseo y mantenemos el prudente espacio de separación ya sea por inhibición o por rechazo al mal aliento. ¡Ah! nosotros, interesados en el bienestar disponemos inconscientes nuestro orden, somos individualistas integrados de forma natural en ὅλος. JAJAJA! ¡¡¡Somos taoistas!!!

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